Ha tardado la suyo, pero por fin ha comenzado la cuarta temporada de Fringe, con un episodio lleno de novedades y alguna sorpresa. Lo más importante, era saber cómo había afectado la no existencia de Peter a los personajes de la serie. Nuestra Olivia no ha evolucionado, ha vuelto a ser la del episodio piloto. Además, a su compañero y prometido no lograron salvarlo, a pesar de la ayuda de Walter. Para que luego digan que Peter solo sirve para derribar puertas. Y suponemos que tampoco descubrió que era un traidor, por lo que aún está afectada por su fallecimiento.
Astrid sigue siendo la niñera del doctor Bishop, pero ahora trabaja más en la calle, porque Walter tiene agorafobia, es decir, que le da miedo salir del laboratorio, no que tenga miedo a la última película de Amenabar, que también puede ser. Ella es sus oídos y ojos fuera del laboratorio, y la que se encarga de revisar los anos ajenos. Broyles continua con la misma cara de palo, la vaca sigue en el establo y Zorrivia sigue siendo igual de… graciosa.
Pero el personaje que ha tomado una mayor relevancia en esta temporada, es el de Lincoln Lee, el de las gafas de pasta. Algunos decís que os recuerda a Bob Esponja (foto de arriba gracias a Blog asustado) o a Clark Kent, pero al quitarse las gafas no se convierte en Superman, sino en Lincolfantas. A mí me recuerda a un becario de Intereconomia, pero en realidad es un agente del FBI que tiene un compañero que le gusta exhibirse en calzones delante suyo. El agente Lee también es el dietista de la familia y les aconseja lo que deben desayunar. Cereales en vez de tostadas, pero no por su alto contenido en fibra, si no porque tardan menos en hacerse. Todo un cocinillas, este Lincoln Lee, la dieta Dukan es ya historia.
Lo último que pensarías es que son agentes del FBI
Así que cuando su compañero es asesinado por un ser transparente, Lincoln jura por los Krispis de Kellogs que encontrará a su asesino y no escatimará en recursos. Y cuando la agente Dunham se lleva el cadáver de su querido amigo, él la sigue hasta el laboratorio de Walter y Olivia en vez de enfadarse y llamar a los de seguridad, se lo lleva de paseo a investigar un nuevo homicidio. Se nota que desde que Peter no existe, Olivia tiene un vacío y se lleva la primera cosa que encuentra.
Y termina siendo de gran ayuda, porque posee una gran intuición femenina, cosa que Olivia no tiene y se da cuenta que si hay una chica triste y sola en un banco, es que ha visto algo. Así que al final lo hacen miembro de la División Fringe, gracias a esta intuición, porque por la ayuda que le ofrece a Olivia en el tiroteo no será.
Finalmente, los seres esos con más problemas de piel que Michael Jackson, son unos cutres cambiaformas, un nuevo modelo, más humanos que máquinas. ¿Quién los habrá construido? En un principio todas las culpas recaen en Walternativo, pero yo no lo creo. Pueden ser obra nuestra o incluso de un tercer universo, menos avanzado que el de Zorrivia, al menos en este aspecto. Recordemos que fue William Bell quién ayudó a crear los cambiaformas que ya conocíamos. Me haría ilusión conocer un tercer universo, más que nada para ver a Olivia con el pelo negro (Morenivia).
Y Peter…. A pesar de no existir, sigue dando por culo. Hay que ver lo que le gusta chupar cámara a este chaval. Ahora me aparezco en un espejo, se pone a espiar a las dos Olivias, luego en el televisor de Walter. Es la nueva mosca de la tele, la palabra telebasura cobra un nuevo significado. Ni los observadores se explican lo sucedido, pero si saben como eliminar su canal de la TDT. Sólo tienen que ir a una ferretería o tienda de segunda mano y construirse un eliminador de personas que no existen y se pegan como una lapa a una realidad que no es la suya. Pero el observador parece que le ha cogido cariño y se apiada de él… animalico.