
Si nos llegan a decir hace cinco años, que Fringe terminaría con Peter abriendo el correo y poniendo cara de haber tenido un déjà vu… o de no entender nada, no lo habríamos creído. Pero antes de eso, han habido cinco temporadas que nos han ayudado a amar ese final, aunque sólo la cuarta temporada ha ocurrido en realidad. Las tres primeras sólo las recuerdan Peter, Olivia y Walter… y la quinta, únicamente el doctor Bishop sabe lo que ocurrió… a no ser que Olivia se meta otro chute de Cortexiphan.
Pero vayamos al meollo de la cuestión. ¿Qué coño le ha pasado a Walter? Cuando Donald nos explicó el plan, algo no cuadraba. Enviar a un niño calvo y mudo al futuro, no me parecía inteligente. Por mucho que se comunique con la gente tocándoles la cara, necesitaría expresarse con palabras. A mí si me intentara tocar ese niño con pinta de tener las siete plagas de Egipto, le pegaría una patada. Por eso, Walter tiene que acompañarlo en su viaje.
¿Y que pasa con eso? Pues que Walter y el niño, se convierten en una paradoja, por lo que en el año 2015, coincidiendo con la invasión de los observadores (Que en esta nueva línea temporal no sucederá) dejan de existir. ¿Por qué? Ni puta idea. Las paradojas no son mi fuerte.
Walter y el niño continuarán su vida en el año 2167, ayudando a crear unos nuevos observadores con sentimientos. Mientras que en 2015, toda su familia y amigos lo estarán buscando. Al menos, hasta que encuentren la cinta que grabó para Peter, explicándole que se ha convertido en una paradoja. Porque no creo que Peter, se haya enterado muy bien de lo que significa el dibujo del tulipán blanco.

Final feliz… pero todos amnésicos perdidos.
Y la pregunta del millón. Si los observadores nunca han existido, Septiembre no pudo sacar al pequeño Peter del lago. ¿No tendría que haber muerto? Y murió. Recordad, que estamos en otra línea temporal en la que no existía Peter. Y que éste, apareció por obra y gracia del amor, en forma de bola de energía azul. Así que tenemos que olvidarnos de todo lo que vimos en las tres primeras temporadas, porque aquello, no ocurrió tal y como nosotros lo recordamos.
¿Y por qué Peter dejó de existir? Esa es una de las grandes incógnitas que nos deja la serie. Yo creo que tras la metedura de pata de Septiembre, el destino de los dos universos era el de destruirse mutuamente. Así que una vez que Peter los salva subiéndose a la máquina, todo queda listo para que los observadores puedan mudarse en el año 2015. Y como Peter pertenecía al otro universo… no pintaba nada en éste, así que para que los observadores tuvieran el 99’99999% de probabilidades de éxito en su mudanza, lo mejor era borrarlo del mapa. Esto es lo que yo creo… en realidad pienso que ni tan siquiera los guionistas saben por qué lo hicieron.
Además de calvo, maleducado.
Volviendo a los dos últimos episodios, en el anterior capítulo nos quedamos con Caillou dejándose secuestrar por los observadores. ¿Para qué lo hizo? Seguramente porque es el ser más inteligente del universo y vio que haciendo eso, el plan acabaría realizándose con éxito. Como cuando le dice a Olivia que se calle y al instante a Astrid se le ocurre una idea genial. No es que sea un niño maleducado que hace callar a sus mayores, es que sabe perfectamente lo que va a pasar y lo que tiene que hacer, para que pase algo.
Así que para rescatarlo, Olivia no tiene más remedio que inyectarse Cortexiphan. Porque el niño está muy bien protegido y la única forma de acceder a él, es a través del otro universo. Gracias a esto, podemos ver de nuevo a Zorrivia. Calliou ya me va cayendo un poco mejor. Pero Zorrivia si que ha envejecido 20 años, aunque no se le nota mucho. Las clínicas de cirugía estética de su universo, tienen que estar muy avanzadas, aunque en tinte andan un poco escasos. Les pasará lo mismo que con el café.
Y por allí también andaba Lincolnsopas, con el pelo más gris y sin gafas. Pero aún seguía con su pagafantismo activado. Fue nada más ver a la joven Olivia, y los ojos se le salieron de las órbitas. Aunque más bien fueron en dirección hacía el culo de Olivia, como bien se percata Zorrivia. Que se deje de pagar sopas, que ya tiene una edad y es padre de un hijo. Espero que no le hayan puesto Henry, porque ese nombre es un poco gafe. Por cierto… ¿Que habrá sido del taxista?
Una se conserva en ámbar y la otra es una tía buena perpetua.
Una vez rescatado el niño, regresan a nuestro universo, pero las pilas de la máquina del tiempo están caducadas. Así que a Donald, se le ocurre la brillante idea de pedir ayuda a Enero, su antiguo compañero de observaciones. Pero como Widmark lo tenía vigilado, acaba ahorcándose y se quedan sin batería.
Todo está perdido, hasta que Astrid, se acuerda de los cubos esos que los observadores utilizaban para abrir agujeros de gusano y recibir paquetes del futuro. Así que gran parte de las cosas que han estado buscando en esta temporada para construir la máquina del tiempo, no les sirven de nada. ¿Os acordáis de las rocas que había en la mina? Pues el verrugas murió para nada. Menos mal que se reseteó la línea temporal. Al menos el imán y los supositorios si les fueron útiles.
Para conseguir un cubo de esos, tienen que entrar en el cuartel general de los observadores. Y para ello, hacen uso de todos los eventos Fringe, que Walter había guardado en su laboratorio. Ha sido “bonito” ver viejos casos de la serie, todos de golpe y con los calvos como conejillos de indias. Y una vez robado el cubo, por casualidades de la vida, se encuentran allí con Broyles, que había sido capturado por hablar por teléfono cerca de un cristal. Se ve que no aprendió del error de Nina. El pobre, en vez de arrugas, parece que le han rajado la cara con una navaja.
Pero Widmark, que ha descubierto el odio, no se da por satisfecho e intenta joder el plan hasta el último momento. Sin embargo, no contaba con que Olivia tenía sus super poderes activados y lo aplasta con un coche. Por último, el niño que supuestamente tiene sentimientos, deja morir a su padre, para que sea Walter el que lo lleve al futuro. Y digo yo… ¿Qué diferencia habrá en que vaya con Donald o con Walter? Pero se ve, que los científicos del futuro, confiarían más en el famoso doctor Bishop, que en un tío con implantes.

Aún estando tiesa, la vaca ha estado muy cariñosa.
Me dejo para el final, el momento vaca. Seguramente, la escena más emotiva del episodio final y de toda la serie, si me apuráis. Bueno, no… pero casi. La pobre Gene ha chupado poco plano esta temporada y se merecía una despedida por todo alto. Momento que ha aprovechado Walter para despedirse también de Astrid, diciéndole que su nombre es muy bonito. Que cabrón es.
Y así termina Fringe… reseteo y a tomar por culo toda la quinta temporada y los observadores. A mí, personalmente me ha gustado el final. Aunque ha sido muy previsible. Desde que mataron a Etta, ya me imaginaba que éste sería el final. Salvo lo de que Walter se convertiría en una paradoja. Eso no me lo habría imaginado nunca. Y lo de que el último plano de la serie, sea la cara de Peter, en la que puede ser su mejor interpretación de toda la serie, ha sido también una grata sorpresa.
