El tiempo está loco, y no me refiero a la meteorología, que también, sino a los dejà vú, bucles temporales o viajes al pasado que están azotando Boston sin tregua alguna. ¿Por qué todo lo extraño pasa en esa ciudad? ¿Les hacen a los científicos chiflados descuentos a la hora de pagar la hipoteca de su casa? Porque no es normal lo que pasa allí. En este episodio, un hombre crea una burbuja temporal que rodea toda su casa, para poder vivir en el año 2007, un año en el que su mujer, actualmente aquejada de Alzheimer, estaba en plenas facultades y le puede ayudar a crear una fórmula para quedarse eternamente en ese año 2007. Todo esto está muy bien, pero no contaban con los perjuicios que ocasionarían al vecindario. Y me quejo yo de mi vecino cani, que pone a todo volumen música rap por las mañanas.
Mientras todo Boston se preocupa por el tiempo, Peter va a lo suyo… tener sueños eróticos con Olivia. Bueno, de eróticos no tienen nada, más bien son cursis y los dos no se quitan ni el abrigo. Además, la Olivia del sueño, a la que llamaremos Sueñilivia, le dice a Peter que él es el problema, por el que ese día perfecto que viven en esa ensoñación, tiene que acabar. Y acabó pronto, porque Olivia lo despierta para llevarlo a Massive Dynamic, para que le hagan un chequeo.
Los sueños de Peter
Durante el trayecto, la agente Dunham le pregunta a Peter sobre lo que piensa. Ya sabéis, la típica pregunta que hacen las novias cuando te ven callado y mirando por la ventana. Pero lo malo, es que Olivia ya no es su novia y no le preguntaba por sus sentimientos, ni por el olor de las nubes o el colorido de las amapolas, si no que pensaba sobre el caso. Un nuevo chasco para Peter, pero no le da tiempo a tirarse por la ventanilla del coche porque Lincoln Lee, siempre oportuno, les interrumpe por teléfono para que vayan a investigar un extraño caso de la casa que arde sin fuego y de la niña que encoge y desencoge en cuestión de segundos.
En estos episodios, continuamos sin ver a los personajes del universo rojo, pero le han dejado prestado uno de sus aparatos que echan chorros de agua para que Astrid juegue con ellos en la escena del crimen. Se supone que sirven para encontrar grietas en el universo, pero en ese piso, las únicas grietas que hay, son las de las paredes.
La primera aportación de Peter a la División Fringe, es encontrar un puto peluche de un elefante, pero a Broyles no le hizo mucha gracia y le ha puesto de mote, Evento Fringe. Y cómo es un evento Fringe, el doctor Bishop tiene que estudiarlo, aunque no quiera. Pero no encuentra nada relevante, que indique que Peter es el responsable de las alteraciones temporales. No obstante, al final del episodio, Peter le revela a Broyles que todo fue culpa suya, porque la maquina del tiempo no funcionó, hasta que él apareció. Cambió las leyes de la física, con tan solo darse un baño desnudo en un lago. Este Peter es un portento. A pesar de ello, el coronel Broyles le deja trasladarse a la casa de su padre en el campus, con tele de plasma incorporada y mínima vigilancia. Creo que el FBI es demasiado confiado.
Peter no logra decidir que ponerse y al final le dieron el abrigo más feo.
Una cosa que se nos revela en este episodio, es que Peter no era consciente de sus apariciones en la tele de Walter y en los sueños de Olivia. Pero cuando la conversación se iba a poner profunda, aparece el agente Lee para cortar el rollo. No sé si este hombre tiene un radar en las gafas, que le avisa de estos momentos íntimos o es casualidad. Pero Peter, no sólo tiene que hacer frente a las interrupciones de Lincoln, también sufre de saltos temporales espontáneos.
Cuando consigue librarse de todos esos inconvenientes, retoma de nuevo la conversación soñolienta con la agente Dunham. Le pregunta si sentía algo cuando soñaba con él, aunque en realidad querría preguntarle si en el sueño estaban chingando o no. Pero no tiene tanta confianza con esta Olivia. Sin embargo, no para de mirarle el culo en todo el capítulo, cuando él cree que ella no se da cuenta. Pero Olivia es muy avispada y se da cuenta de ello. Y al final de episodio, se lo cuenta todo y le dice que espera que le vaya muy bien con la otra… si la encuentra. Otro chasco para Peter.
Entre conversaciones sobre sueños y enfados de Walter, descubren la ubicación de la casa burbujeante. Cómo la de Arenita, la amiga de Bob Esponja, pero en esta casa, cuando traspasas la burbuja te pones a bailar y desapareces. Así que a Peter se le ocurre la brillante idea de usar una jaula de Faraday para entrar dentro del campo temporal de fuerza. Jaula que construye Walter con lo primero que encuentra en el laboratorio y con lo que le trae Astrid de los chinos.
Peter imaginando que le toca un pecho a Olivia
En este momento, Peter y Olivia tiene un pequeño encontronazo por ver quién de los dos se pone ese cutre arnés con cables. Finalmente, la discusión la gana Peter, porque según él, sólo él está capacitado para apagar la máquina del tiempo. Aunque al final, estuvo a punto de apagarla tirando del enchufe, y estuvo a punto de desintegrar todo el vecindario.
Tras ser golpeado en la cabeza y amenazar a la pareja de científicos con un bate de béisbol, consigue que apaguen la máquina y suma puntos en el corazón de la nueva Olivia. Mientras que Lincoln, se fue a un túnel, dónde iba a ocurrir otro catastrófico suceso temporal pasado por agua, a grabar vídeos con el móvil, en vez de estar evacuando a la gente. Pero el agente Lee sigue llevando la delantera, el rechazar a Olivia, le ha hecho ganar posiciones y ahora mismo es el pretendiente favorito de la tronista.