5×11 – The Boy Must Live

Quien lo diría, pero se acerca ese temido momento, en el que tenemos que despedirnos de nuestra serie favorita. Ya me pasó con Lost, y ahora con Fringe. Aunque por una parte, estoy deseando que termine, para que no sigan reescribiendo la línea temporal, ni sacándose cosas de la manga en el último momento. Porque ahora resulta, que cuando Septiembre le dijo a Walter aquello de «El niño es importante, debe vivir«, no se refería a Peter, sino a Caillou. Tócate los huevos, calvorota. Si acabas de sacar a su hijo del fondo del lago y sueltas esa frase, lo normal es que Walter y millones de personas, piensen que te refieres a Peter y no a un puto niño calvo, que ni siquiera conocerá hasta dentro de varias décadas. Si considerabas que esa frase era de vital importancia, tendrías que haberla dicho en otro momento, pero si lo hiciste para hacerte el enigmático y crearle falsas espectativas a Peter… enhorabuena, lo conseguiste.

Cambiando de tema, en el anterior episodio se nos reveló que el misterioso Donald, era Septiembre con peluca. Pues en este episodio, para localizarlo, Walter se introduce en el famoso tanque de agua que tiene en su laboratorio. No es por nada, a mí me cae muy bien Walter, pero hubiera preferido que se metiera Olivia en ropa interior. Habría sido el broche perfecto para la serie. Pero bueno, acabó metiéndose el doctor Bishop, y tras quitarse los gayumbos, le da a Astrid una serie de indicaciones sobre lo que se puede ver por la ventana de la casa del pato Donald, y gracias a Google Maps, terminan localizando la ubicación exacta.

Olivia odia los martes.

Tras el ansiado reencuentro, lo primero que le preguntan a Donald, no es sobre el puto plan o si su pelo es natural o artificial, sino por su nombre. Septiembre escogió Donald, porque era el nombre de uno de los protagonistas de ‘Cantando bajo la lluvia‘, que fue la primera película que vio con Walter. A mí me habría gustado más la explicación, si la primera peli que vieron juntos, hubiera sido una Disney.

Después de este dato tan importante, Donald comienza a explicarles el plan. Resulta que su magnifico plan, es construir una máquina del tiempo, para enviar a Caillou al año mil ciento y pico, que fue cuando se inventaron los observadores, para que esos científicos, vieran que no es necesario suprimir las emociones, en favor de una mayor inteligencia. Aunque a mí, ese puto niño, me parece tan cariñoso como un palo de escoba. Pero se ve que tiene sentimientos y es buena persona. Y cuando lo vean los científicos, se darán cuenta de su error y los observadores que fabriquen, tendrán sentimientos, por lo que no acabarían invadiendo nuestro universo. Te has lucido, Septiembre… ¿Y si nada más verlo, les da grima y lo tiran al contenedor de basura? Porque ese niño de lo que tiene pinta, es de enfermo y portador de una plaga. Además, que yo sepa, los humanos normales y corrientes, también tenemos sentimientos, y nos gusta invadir sitios igualmente. Donald, sabrá…

A ver si con un poco de agua, el plan pasa mejor…

Así que la línea temporal volvería a resetearse. Aunque esta vez, sin los observadores de por medio. Por lo que Peter viviría, pero en el otro universo, ya que cuando Walternativo encontró la cura, no sería distraído por Septiembre. Ni Walter tendrá que cruzar al otro universo a por Peter, por lo que nunca habría guerra entre universos. Esto es sólo una teoría, a lo mejor Olivia tiene razón, y Etta regresa a la vida. Quien sabe… Lo único bueno, es que si el niño te toca, puedes recordar lo que te pasó en otras líneas temporales, como le ha pasado a Walter, que ya recuerda las tres primeras temporadas de Fringe. Así que si la línea temporal se resetea, nos queda la esperanza que los personajes principales de Fringe, lo recuerden todo y tengan un final feliz. Pero para que todo esto funcione, Walter tiene que sacrificar su vida. Ya podían haber inventado una máquina del tiempo menos mortal, como la de ‘Regreso al futuro‘.

¿Y por qué no viaja Donald al futuro? En vez de construir una máquina del tiempo. Pues porque los observadores le castigaron y le quitaron todos sus poderes. Y es que el tío no paraba de interferir en la línea temporal. Se puede decir, que fue el primer observador con algo de personalidad, al igual que su hijo… Si, lo habéis leído bien, el niño calvo es su hijo. Aunque no lo fue a la manera tradicional. Ni preñó a una observadora, ni dio a luz él mismo… en el futuro no hay mujeres, los observadores se reproducen en una probeta y utilizaron su material genético para crear ese niño «defectuoso«. Que futuro más poco alentador nos espera.

Mientras tanto, Widmark ha viajado al año 1600 para hablar con el calvo supremo. Parece ser que los observadores tienen prohibido viajar atrás en el tiempo, para no joder más la línea temporal. Así que rechaza la petición de Widmark de viajar al pasado, para cargarse a la tribu de los Bishop. Más que nada, porque nos ven insignificantes. Pues a joderse, porque tenemos un niño calvo y una máquina del tiempo… y la vamos a liar parda.

Una vez ha regresado del futuro, Widmark continua obsesionado con los Bishop y decide hacerle una visita a Septiembre. Pero Donald ya se ha quitado el rastreador y les ha dejado un regalito en forma de antimateria o lo que coño sea eso que puso en su piso. La idea era buena, pero ya podría haber puesto unas luces que no llamaran tanto la atención. Ya de paso, podría haber puesto una bola de discoteca colgando del techo, sería menos cantoso.

Nuevamente, el equipo Fringe termina perseguido por los partidarios. Tienen imágenes del vehículo, fotos de los fugitivos, pero se pasean tranquilamente por delante de ellos y no los reconocen. ¿Evento Fringe? Se ve que para ser partidario, no deben pedir ni la ESO. Aprovechándose de su inutilidad, consiguen escapar y montarse en un tren. Pero el niño, cansado de tanto paseo, de los cacaos de Olivia  o de yo que coño sé… decide bajarse del tren y entregarse a los observadores. ¿Para qué? Ni puta idea, sólo una mente tan privilegiada como la suya, lo puede llegar a imaginar. Creo que ya voy entiendo porque dicen que está defectuoso.